SAN PEDRO ARLANZA
A medio camino entre las localidades de Covarrubias y Hortigüela, a orillas del Río Arlanza y en un marco natural de incomparable belleza, encontrarás las ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza. El horizonte está presidido los cortados de roca caliza en los que anidan buitres leonados, rodeado de un bosque interminable de sabina.
El Monasterio de San Pedo de Arlanza fue fundado el año 912 por Gonzalo Fernández, padre del Fernán González, y se convirtió pronto en uno de los centros monásticos más importantes del incipiente reino de Castilla.
Asentado sobre vestigios romanos y visigodos, los restos más antiguos conservados corresponden a su iglesia, construida en el año 1080. El complejo vivió largos siglos de esplendor, con numerosas ampliaciones y transformaciones arquitectónicas. En 1835, a consecuencia de la Desamortización de Mendizábal, el conjunto fue súbitamente abandonado.
Entre las ruinas, que presentan mezcla de estilos gótico y románico, podrás contemplar los tres ábsides semicirculares con amplios presbiterios de la iglesia, la torre edificada a finales del siglo XII, así como parte del claustro y la sala capitular.
A finales de 2019 se realizó una importante obra de Rehabilitación del Monasterio, incidiendo principalmente en consolidación estructural, limpieza, cubierta y accesibilidad, habilitando así un recorrido turístico que ya es accesible en toda la parte baja, donde se han instalado varias escaleras, barandillas y rampas para facilitar el acceso de las personas con movilidad reducida y con necesidad de trasladarse en silla de ruedas. Se han colocado paneles informativos con la información sobre su historia, en castellano y alfabeto braille.
